El diseño de la interfaz de usuario de un sistema interactivo está, o mejor dicho debe estar, centrado en el usuario. Pero ¿qué significa estar centrado en el usuario?.
Aunque disponemos de un apartado donde se explica con detalle, pongamos en contexto: un mismo equipo de desarrollo, en el mismo lugar y con las mismas herramientas, es capaz de implementar toda esta variedad de sistemas. Sus respectivas interfaces podrían incluso parecerse y tener rasgos comunes. No obstante, parece evidente que si no se realiza un enorme esfuerzo en conocer las particularidades de los usuarios para cada caso en particular y reflejarlas en la interacción que ofrece la interfaz, éstos de ninguna manera podrán percibir la familiaridad necesaria que les proporcione seguridad y relajación durante la manipulación del sistema.
Este equipo de desarrollo pretenderá además que ese usuario encuentre una interfaz fácil de utilizar y de aprender, aspecto que no puede únicamente determinarse, como suele suceder, por los diseñadores o por los programadores del sistema interactivo, sino tendrán que determinarlo realizando una estrecha colaboración con los usuarios. Conseguir este objetivo sólo es posible si implicamos a los usuarios en el proceso de desarrollo de los sistemas interactivos, implicación que debe realizarse desde el inicio de dicho desarrollo.
Y no debemos confundir «implicar al usuario en el diseño del sistema» con «realizar el diseño del sistema pensando en el usuario».
Mientras la primera frase conlleva trabajar codo a codo con usuarios participando activamente en dicho diseño (diseño participativo), en la segunda estos usuarios no intervienen hasta el momento de la implantación definitiva del sistema. En definitiva, de poco sirve pensar en el receptor mientras se realiza algo para otra persona si solo «pensamos en ella», sin conocer su opinión de primera mano.
Por tanto, y respondiendo a la pregunta anteriormente planteada, los sistemas interactivos son utilizados por usuarios, por lo que no podemos olvidarlos y relegarlos a la fase final de un proyecto -tras la instalación del producto- cuando ya poco puede hacerse en su beneficio. El diseño de sistemas interactivos implica realizar un diseño en el que el usuario pasa a ser el foco de atención y la implementación de las funcionalidades del sistema se implementan de acuerdo a las características de los mismos.
En todo este discurso no debemos olvidar nunca que centrarse en el usuario significa centrarse en todos los usuarios , sin que ello indique que debamos incorporar a todos los posibles usuarios de un determinado sistema, sino que debemos contemplar todos los rasgos diferenciales entre ellos, pensando incluso en aquellos que adolecen de alguna discapacidad.